WagakkiBand en el Nippon Budokan

Imagina a una banda que viene de un pasado muy lejano y que aprende sonidos modernos. ¿Qué será lo que obtendrás al final? WagakkiBand. Luego imagina a esta banda presentándose con una escenografía japonesa impresionante. 10.000 fans estuvieron en el Nippon Budokan para ver el increíble espectáculo Akatsuki no Utage, y que además agotó todas las entradas, pero no pudiste estar ahí, ¿no? En ese caso es hora de que leas este reportaje.

«Wagakki» significa «instrumentos de estilo japonés». WagakkiBand es la fusión del Tsugaru-jamisen, el wadaiko, el koto, el shakuhachi y voces shigin con estándares modernos más comunes como la guitarra, el bajo y la batería, las influencias postmodernas crean una mezcla musical sofisticada que abarca miles de años.

Mientras que su ultra exitoso cover de la canción de Vocaloid Senbonzakura tiene más de 33 millones de visitas en YouTube, el sonido de WagakkiBand es aún más poderoso en vivo y aún más en el inmenso escenario del Budokan, donde tuvieron como fondo una réplica en tamaño real de un templo de madera de varios niveles. Dejando de lado las canciones nuevas que tocaron de forma especial en este evento, el público cantó a coro y movió sus minilinternas desde la primera a la última nota.

Entre una canción y otra, la cantante Yuko Suzuhana contó que la ropa nueva de la banda era para celebrar esta ocasión especial: Tocar en aquel famoso lugar. Yuko iba vestida con un inmaculado kimono rojo, negro y dorado, con adornos kanzashi floridos para decorar su cabello. Los otros miembros vestían trajes basados en diversos estilos presentes en la historia de Japón pero con toques modernos, combinando colores negro y morado, y en sus pieles llevaban pintados tatuajes y kanjis.

Yuko liberó su voz en un estilo vocal Shigin, el cual tiene más de mil años de antigüedad. Al ser cantado desde el diafragma está sensiblemente matizado, por lo que Yuko usó este efecto para entregar la ejecución teatral de la épica Tengaku, la delicada Nadeshikozakura y la favorita del público, Hoshizukiyo. Sin embargo, esta banda también tiene otros siete miembros increíblemente hábiles y carismáticos y cada uno de ellos tuvo su propio momento con los diversos solos que se tocaron durante el largo espectáculo.

«Nunca pensé que me presentaría en el Budokan como concertista de shakuhachi en una banda de rock», reflexionó Daisuke Kaminaga entre canciones, «¡Es maravilloso!». Su instrumento, parecido a una flauta de madera, lideró los solos en canciones como Hanabi y Hangeki no yaiba, también se batió a duelo con la caótica guitarra de Machiya y el curtido bajo de Asa, para dar un efecto atmosférico a la lenta y baja Hagane. Las amplias caricias que su shakuhachi pintó dieron confianza a las canciones complejas de WagakkiBand.

El koto, cuyo origen se remonta a la China del siglo VII, se parece a un harpa horizontal y crea un murmullo de cuerdas y magia. El instrumento de Kiyoshi Ibukuro tuvo, principalmente, un papel secundario, pero su solo fue una oportunidad para resaltar sus increíbles habilidades con el koto, pues tocó una pieza hermosa y tranquila que tuvo efectos de pedal para extender su sonido a un aire fílmico.

Una vez transcurridos 90 minutos de espectáculo, la interacción entre Wasabi, baterista, y Kurona, quien toca el wadaiko, durante una batalla de percusión fue un momento digno de ver. El wadaiko, conocido generalmente como taiko, tiene una forma deliberada y ritmos bajos y profundos, mientras que un set completo de batería es más salvaje y dinámico, por lo que la postura estilizada de Kurona y sus gritos kakegoe quedaban perfectos con la sonrisa juguetona de Wasabi, aún mejor cuando los músculos de ambos se contraían al hacer un ascenso gradual hasta un crescendo infartante.

Beni Ninagawa, con un vestido de estilo kimono japonés de hombros descubiertos que mostraba un tatuaje colorido, tuvo su propio solo extendido a la mitad de la presentación, donde tocó su Tsugaru-jamisen de tres cuerdas, un tipo de shamisen. Tocó lento y constante, frío y sutil, avanzando a una marcha acelerada que mostró dominio total de este instrumento de 200 años de antigüedad.

Por supuesto, la verdadera alquimia ocurrió cuando los ocho músicos tocaron juntos. Para la ejecución de la dramática Fuurin no utautai, un lánguido wadaiko y el golpeteo de la batería se encontraron con una guitarra tocada hermosamente, un excitante koto y una sensual melodía de shakuhachi que crearon un lienzo sobre el cual presentar la voz expresiva de Yuko y su elegante baile de abanico shibu. Cascadas de hielo seco cayeron sobre los escalones del templo falso, creando una delgada nube a los pies de los miembros.

Luego de que la banda dejara el escenario tras dos increíbles horas, fue momento de que el público cantara, coreando el estribillo de Akatsuki no ito hasta que la banda volvió por un encore. «Escuchar 10.000 voces cantar juntas así... Es algo de ensueño», destacó Yuko con humildad.

El encore de 3 canciones incluyó Strong Fate, el single nuevo de WagakkiBand presente en el soundtrack de la escalofriante película de terror “Zange: Sunde wa Ikenai Heya” (“The Inerasable”). La canción alardea una guitarra aplastante y riffs de bajo, un ritmo pesado y melodías vibrato kobuchi controladas de forma magistral.

Se guardaron su mejor tema para el final. Cuando Beni y Daisuke tocaron la emocionante intro en Tsugaru-jamisen y shakuhachi de Senbonzakura, en la que del cielo cayó una lluvia de cintas brillantes, y Yuko extendió su micrófono hacia el público para que ellos pudiesen cantar.

Yuko sostuvo que su mayor preocupación respecto a esta presentación épica era no ser capaz de comunicarse con todos en un lugar así de grande, pero al ver y escuchar a este gran público, pudo olvidar de forma definitiva aquel sentimiento. Agregó que WagakkiBand quiere representar a Japón y presentarse en tantos países como les sea posible.

Para WagakkiBand, por supuesto, un año nuevo prometedor acaba de comenzar. Si puedes verlos en directo, en su próxima presentación en el Irving Plaza de Nueva York en marzo, por ejemplo, ¡aprovecha la oportunidad!