the GazettE "LIVE 2021 -DEMONSTRATION EXPERIMENT- BLINDING HOPE" en el Tokyo Garden Theater
the GazettE dio a sus fans el mejor regalo de Navidad que podrían haber imaginado con su esperada presentación en el Tokyo Garden Theater.
Después de que el concierto "18TH ANNIVERSARY DAY/6576" de the GazettE, el que estuviese previsto para el 10 de marzo de 2020, fuese cancelado debido al brote de la pandemia de coronavirus, sólo hubieron tres fechas en 2021 en las que los fans pudieron ver a la banda en vivo sobre un escenario. Estas presentaciones se titularon "LIVE 2021 -DEMONSTRATION EXPERIMENT- BLINDING HOPE" y se realizaron: uno en Nagoya en septiembre, otro en Osaka en octubre y el tour final, el que debía realizarse en el Tokyo Garden Theater, tenía fecha 1 de noviembre. Lamentablemente, este último concierto tuvo que posponerse en forma repentina justo el día del evento, ya que el vocalista Ruki se encontraba mal de salud. Sin embargo, el 23 de diciembre llegó por fin el momento de celebrar en Tokio y todos los fans que asistieron recibieron el mejor regalo de Navidad que podían haber imaginado.
El Tokyo Garden Theater, situado en la zona de la bahía de Tokio, es una enorme sala de conciertos con balcones en tres niveles con una capacidad de hasta 8.000 espectadores. En la pista, tanto frente al escenario como en los balcones, habían asientos esperando a los fans de the GazettE y casi todos estaban ocupados antes del comienzo de la presentación.
Las luces se apagaron y todo permaneció en silencio. No hubo gritos por parte de la audiencia, pues se tenía prohibido al público alzar la voz o cantar debido a la pandemia. Comenzó a sonar una música espeluznante de fondo y un círculo verde se proyectó sobre una delgada tela blanca, bailando sobre esta hasta convertirse en un logo. A través de la tela, los fans podían distinguir las siluetas de los cinco integrantes de la banda. Ruki, en particular, era claramente reconocible en el centro. La música cambió, dando lugar a la intro de Blinding Hope y, al caer el telón, el escenario quedó bañado en niebla y luz roja, mientras todos los miembros eran iluminados por luz azul y rodeados de láseres azules. Fue la apertura adecuada para este espectáculo, comenzando con el primer sencillo de su álbum MASS (2021) y también coincidiendo con su diseño visual. Esta impactante primera impresión se completó con los trajes que cada integrante usa actualmente en sus fotos oficiales: Ruki con un traje beige de hombros anchos y los demás vestidos completamente de negro.
Los fans no esperaron mucho para unirse a ellos con su furitsuke (movimientos de manos que son especialmente populares en los shows de visual kei). Al final de la primera canción Ruki estaba allí de pie, iluminado por un reflector azul, con sus manos extendidas hacia los fans de la primera fila como si los invitara a un viaje a través del vasto repertorio de canciones de the GazettE.
¡Y así comenzaron! El siguiente tema, el oscuro ROLLIN' (también de MASS), fue perfecto para el headbanging y tanto la banda como los fans lo dieron todo enseguida. Sin ninguna pausa el set list continuó con GUSH del álbum NINTH. Otra vez las luces parecían conectadas con el arte del álbum, utilizando matices azules y verdes. Tras una breve parte lenta, Ruki saltó y pateó el aire, transmitiendo la fuerte energía de la canción.
Siguió un breve MC en el que Ruki dio la bienvenida al público y se disculpó por la larga espera (debido a que el show fuese pospuesto), les invitó a bailar y NOX arrancó. La canción comenzó con una breve melodía de
guitarra y, cuando continuó con la estrofa en la que se podía escuchar un violín, se proyectaron rayos láser en el escenario y, con una técnica diferente, se crearon unos efectos parecidos a niebla. Fue el ambiente perfecto para la emotiva canción.
A continuación, la banda tocó el afilado Uragiru Bero, de NINTH. Ruki se paró con una pierna sobre la caja que tenía en frente en el centro del escenario y movió los brazos como si estuviera en una pelea. El escenario
se llenó de niebla y se iluminó con una luz roja mientras él se movía como una marioneta sostenida por hilos, para hacer hincapié en la letra de la canción.
El enérgico espectáculo continuó con HOLD, canción que tiene un riff de guitarra especialmente memorable. Esta vez Reita animó al público a aplaudir y los fans atendieron su pedido al instante, obteniendo una señal
de aprobación por parte de Reita antes de que la música se volviera más pesada y él continuara con el headbanging.
El público se acostumbró a seguir haciendo la única cosa que les permitían hacer, según las reglas de la pandemia: aplaudir. Cada vez que se apagaban las luces y todo se volvía silencioso, los fans seguían aplaudiendo hasta que se encendían nuevamente
las luces o se escuchaba un sonido en los altavoces.
Tras unas palabras de agradecimiento de Ruki, el escenario se oscureció y los focos se centraron exclusivamente en el vocalista. Una espeluznante intro comenzó a sonar mientras el escenario volvía a inundarse de niebla, con una mezcla de luces
verdes y rojas, dando paso a DRIPPING INSANITY. De nuevo, Ruki interpretó dramáticamente la letra de la canción, doblándose con dolor, tambaleándose y tropezando por el escenario. Durante la canción, la luz del escenario
pasó a iluminar a la banda por detrás y se pudo ver claramente cómo Aoi ponía todas sus emociones en su forma de tocar la guitarra. Si es que en este punto aun habían fans que no sintiesen escalofríos, seguro iban a tenerlos
pronto, puesto que la luz se apagó y los reflectores se posaron sobre Uruha mientras interpretaba un emotivo solo de guitarra.
Siguiendo con este ambiente cargado de emociones, the GazettE pasó a la solemne THE PALE, uno de los temas más lentos de MASS. La impresionante ingeniería de luces de la sala se utilizó para proyectar puntos en el techo que parecían estrellas bailando al ritmo de la melodía. El escenario estaba ahora completamente bañado en azul y, al principio, sólo se veían las siluetas de los cinco miembros de la banda. Ruki estaba empapado de luz roja e interpretó la trágica letra extendiendo la mano hacia los fans y hacia el techo.
El mismo ambiente se mantuvo en la balada LAST HEAVEN. Aoi y Uruha cambiaron rápidamente a las guitarras acústicas y Aoi comenzó la melodía de la intro solo, bajo las luces, hasta que Uruha se
le unió. Ambos tocaron sus notas con intensa pasión, mientras Reita se dedicó firmemente al bajo. En el transcurso de la canción, Uruha regresó a su guitarra eléctrica. Dado que no se permitía al público
cantar en voz alta, pareció que pasaron 5 minutos en los que los fans permanecieron inmóviles e hipnotizados. El ánimo ligeramente opresivo que creó la canción se desvaneció junto con el brillo de una única luz naranja.
Se veía claramente
que Kai se divertía interpretando el siguiente tema, golpeando con entusiasmo su batería en el inicio de Ganges Ni Akai Bara, del álbum de 2007 "STACKED RUBBISH". En contraste con los trabajos
más recientes de la banda, esta canción optimista se sentía más cercana al sonido de la música visual kei clásica, por lo que los fans parecían atrapados realizando el furitsuke. Toda la banda mostró mucha alegría al interpretar esta canción:
Uruha dio muchas vueltas, Ruki se paseó por el escenario y Reita volvió a estar casi en el suelo mientras se alborotaba con el bajo. El tema terminó y, cuando Ruki hizo un gesto con
la mano sobre su cabeza, las luces se apagaron.
Como siempre, el público siguió aplaudiendo hasta que las luces se volvieron a encender. Ruki comentó en un breve MC que era una pena que no pudieran cantar en voz alta, pero elogió a todos por aplaudir apasionadamente al ritmo de la canción y afirmó que esto realmente los tocaba.
Terminó el MC con un potente grito y pasó a INCUBUS. La banda y los fans levantaron sus puños cerrados al ritmo de la brutal estrofa antes de que toda la sala se uniera en otra salvaje sesión de headbanging. Durante este tema, Ruki descargó toda su furia con una patada hacia Reita, patada que hizo que el bajista huyera por la izquierda hacia Aoi. Uruha, al otro lado del escenario, se acercó al borde para instar a los fans a unírseles, mas no quedaba casi nadie que no estuviese ya absorto por la puesta en escena.