Reportaje del concierto de Miyavi en Las Vegas realizado el 18 de febrero de 2007.
Menos de dos semanas después de que Miyavi anunciara su show sorpresa en el Tabu Ultra Lounge dentro del MGM Grand en Las Vegas, Nevada, un pequeño grupo de gente muy emocionada se reunió fuera de la sala mientras esperábamos a que abrieran las puertas a las 10pm. El club abrió un poco más tarde de lo normal, pero cuando abrieron las puertas pudimos entrar rápidamente en la sensual y cálida atmósfera del Ultra Lounge con su fastuosa decoración, colores sofisticados, luces de neón y nos pusimos a esperar al invitado de honor que estaba a punto de llegar.
Miyavi y y su gente aparecieron sobre las 11:45pm. Su llegada fue bastante repentina y sin preámbulos, se movieron entre la gente de forma calmada y se ubicaron como si fueran habituales del club. Hablando con acento pero con un inglés muy entendible y trabajado, Miyavi agradeció a todos por venir, de una manera tan genuina y particular por la cual es famoso. Al comienzo sólo miraba a la gente y se mantenía tranquilo, calmado, moviéndose o sonriendo a sus fans reunidos alrededor de los sofás tan sólo a unos metros de distancia. Sus ropas eran negras y estilizadas, perfectas para este tipo de clubes, su pelo tenía una coleta de color negro que se iba aclarando hasta un tono fucsia y rosa.
Se le vio un poco nervioso al comienzo, como sino supiera que esperar, pero ante todo se notaba su emoción de poder tocar. Las bellas azafatas bailaron para él sobre el escenario adaptado para su show, incluso bailó con ellas, mostrándole a todo el mundo que se puede mover tan bien como toca la guitarra.
El tiempo transcurría y ya pasaban 30 minutos de la media noche, Miyavi desapareció, pero sólo para volver unos minutos más tarde y hacernos saltar. Cogió su guitarra acústica negra y blanca, y comenzó con una versión acústica del intro que suele usar para "Are you ready to rock". Fue larga y preciosa, con un ritmo energético y rápido, llamó la atención de todos, fans y gente que únicamente pasaba por el club. Tan pronto como la gente entraba al club, sus ojos se dirigían al hombre que estaba de pie sobre una mesa tocando su amada guitarra con una gracia y habilidad de una persona que normalmente triplicaría su edad.
Dejó pronto su guitarra acústica y la cambió por una eléctrica, comenzó el verdadero show. Por 15 minutos que parecieron más largos que eso, Miyavi se batió en duelo con su baterista y el Dj de la casa en una fabulosa batalla de 3 bandos. Fue un gran show, cada músico llevaba el duelo más y más lejos, más y más rápido y cada uno demostró sus habilidades frente a los otros. Sus dedos pintados de rosa se movían de manera hábil entre las cuerdas y había una sonrisa permanente sobre su rostro; Miyavi se movió sin presión, sin luces, sin cámaras, solo él y sus fans apoyándolo. Algunas veces improvisando y otras veces tocando pequeños fragmentos de sus canciones. Todo iba en conjunto creando una increíble atmósfera llena de ritmo y emoción uniendo en un sentimiento a las 350 personas que habían. Ambos, fans y asistentes regulares al club quedaron cautivados por su estilo de música y la batalla de talentos que tuvo lugar en el escenario.
Corriendo descalzo sobre las mesas ordenadas como escenario, Miyavi corrió hacia su baterista animándolo. Esta atmósfera tan divertida y libre hizo vibrar nuestros corazones. Tocaban logrando hacer que la gente los apoyara y bailara con el ritmo. Él sonreía y señalaba a la gente, cualquier tipo de nerviosismo ya no existía, y todos parecían disfrutar; incluso en la parte posterior del pequeño club, podrías ver a la gente bailando, riendo, con las manos levantadas, y disfrutando del show.
Pero todo terminó muy rápido, finalizaron su batalla guitarra x batería x Dj. Cuando Miyavi abandonó el escenario, tanto sus nuevos fans como los antiguos, gritaron su nombre, aplaudiendo tan fuerte como podían por el gran show que habían visto. Se podía apreciar el agradecimiento en sus ojos mientras caminaba hacia su vestuario. A pesar que tal vez no sea muy pronto, Miyavi seguramente volverá algún día, para mostrarle a las masas, el gran músico que es.
